bote se sal blanca
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CUIDADO CON LA SAL

Los españoles tomamos cerca del doble de sal de la sugerida, y con ello tienen relación muchas patologías. Sabiendo cuánta sal tienen dentro los comestibles y realizando algún pequeño sacrificio, conseguiremos que nuestra dieta sea más sana.

La sal es muchísimo más que un condimento que le da un poco de vida a algunos alimentos potenciando el gusto de los comestibles. Frente todo, es un mineral importante para la vida, debido a que el cuerpo la requiere para trabajar de manera correcta. En concreto:

  • Contribuye a que el cuerpo se hidrate, ingresando agua en el interior de las células.
  • Ayuda a vigilar la proporción de agua del organismo y a regular los fluidos del cuerpo.
  • Es fundamental para que el sistema nervioso transmita impulsos al cerebro y para que los músculos se relajen.

Para todo ello, no requerimos tomar grandes dosis de sal. La Organización Mundial de la Salud (OMS) y otras instituciones sanitarias de todo el mundo sugieren un consumo medio de cinco gramos de sal al día, lo que equivale a una cuchara de café llena. Pero los españoles poseemos la mano bastante suelta con el salero: tomamos cerca del doble de esa cantidad día tras día sugerida (9,8 gramos). De esta forma lo demuestran los datos recientes publicados por la Agencia De España de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN).

EL RIESGO DE LA SAL PARA LA SALUD

Este exceso de sal puede ser arriesgado para la salud: la proporción de sal que los riñones no tienen la capacidad de remover se acumula en la sangre. Como la sal acumula el líquido del organismo, el volumen de sangre circulante incrementa y el corazón se ve obligado a trabajar más para mover toda la sangre. Esto incrementa la presión sanguínea (hipertensión), lo que puede finalizar desencadenando trastornos renales y cardiovasculares (infartos de miocardio o cerebrales, insuficiencia cardiaca…), por ejemplo patologías.

De forma simultanea, mucha sal en el organismo provoca que se elimine más calcio (riesgo de osteoporosis), estimula algunos tipos de tumores, como el cáncer de estómago, hace difícil la funcionalidad del electrónico respiratorio y estimula el sobrepeso y la obesidad.

Limita totalmente la sal si tienes hipertensión, inconvenientes de riñón o de hígado, patología cardiovascular, sobrepeso o retención de líquidos.

DEBEMOS Y PODEMOS REDUCIR EL CONSUMO DE SAL

A los fanáticos de lo salado y a quienes no tienen la posibilidad de comer si no es con el salero al costado del plato puede parecerles inalcanzable ponerse un límite a tomar cinco gramos de sal al día. No obstante, está demostrado que una dieta balanceada no necesariamente tiene por qué sobrepasar esa cantidad.

Es considerable tener claro que la sal que añadimos a los comestibles piensa el 20% de nuestro consumo total de sal, en tanto que otro 72% de la sal que tomamos es la que tienen dentro los comestibles precocinados, las conservas y otros varios productos procesados, inclusive aunque no tengan gusto salado. El que sobra 8% es la sal que está presente de forma natural en los alimentos que ingerimos.

UN VISTAZO A LAS ETIQUETAS

La sal de mesa (cloruro sódico) está compuesta precisamente por un 40% de sodio y un 60% de cloro. En el etiquetado sobre nutrición de los comestibles envasados viene expresada como “sodio”. Para entender la sal que tienen dentro estos productos, solo hay que multiplicar la proporción de sodio por 2,5.

En la industria alimentaria, cada vez más marcas están apostando por llevar a cabo sus productos con menos sal para que sean más saludables. Entre otras cosas, por medio de un convenio entre el Ministerio de Sanidad, las compañias panificadoras y las comunidades autónomas, el pan que ingerimos en esta jornada tiene dentro un 25% menos de sal que hace unos ocho años, y es más, el pan español es el que menos sal tiene de toda la Unión Europea.

PARA TOMAR MENOS SAL

Bote de especias en estanteria de madera

  • Sustitúyela por especias o limón, que dan gusto y aroma.
  • Toma con continuidad comestibles frescos, en vez de productos precocinados.
  • No sales la comida mientras la estés cocinando, sino cuando el plato esté terminado.
  • Enjuaga con agua las conservas de legumbres y verduras antes de utilizarlas.
  • No añadas sal a los comestibles infantiles preparados.
  • Cuando comas en un lugar de comidas, pide que preparen tu plato con menos sal y que te traigan la salsa además.
  • En el autoservicio, escoge las marcas que contengan menos sal.