Alimentacion y depresion
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ALIMENTACION Y DEPRESION

¿Sabías que una dieta inapropiada aliñada con comida basura es uno de los factores que puede desencadenar una depresión? Si quieres mantener alejado este trastorno, que afecta a trescientos cincuenta millones de personas en el planeta, toma nota de estos alimentos…

Seis millones de españoles padecen depresión. Son un 15% de la población, y la mitad de ellos no han sido diagnosticados.

La depresión es consecuencia de complejas interacciones entre factores sociales, psicológicos y biológicos, pero poco a poco más investigaciones relacionan esta enfermedad con lo que comemos.

Estudios españoles y británicos indican que la dieta mediterránea reduce en un treinta por cien  el peligro de sufrir trastornos depresivos. El folato, el triptófano o los antioxidantes que contienen algunas frutas y verduras podrían tener un efecto protector, así como los ácidos grasos poliinsaturados del pescado.

Por contra, el consumo de productos procesados podría asociarse a la depresión por su relación con un mayor riesgo de padecer sobrepeso, enfermedades coronarias e inflamatorias. ¿Un consejo para mantenerla distanciada? Que elimines o bien incluyas muy esporádicamente en tu dieta comestibles como estos.

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Alimentos que favorecen a la depresión

Si quieres fortalecer tu salud mental, debes tomar alimentos ricos en las vitaminas C, B9 y B12 (limones, naranjas, piñas, papayas, borraja, ajos, cebollas y frutos secos), y los que aumentan la producción de serotonina (avena, espinacas, espárragos, lechugas, tomates…) y de triptófano (huevos, garbanzos, chocolate negro…).

  1. Cereales refinados: El desayuno frecuente de millones de pequeños y pequeñas en todo el mundo no es tan saludable como crees, porque muchos de estos cereales procesados poseen entre un 25 y un cuarenta por ciento de azúcar, y el resto son harinas refinadas, sal y colorantes artificiales que favorecen, además, el desarrollo de diabetes y sobrepeso.Estos cereales, a diferencia de los integrales, pueden provocar cambios de ánimo, problemas de memoria y también, incluso, depresión por su bajo contenido en nutrientes.
  2. Lácteos altos en grasa: Los grasas trans y las sobresaturadas aumentan en un 48 por ciento el peligro de sufrir depresión, conforme los datos aportados por un reciente estudio elaborado por las universidades Navarra y Las Palmas, en el que se ha encuestado a nueve mil personas. Las grasas sobresaturadas se encuentran, sobre todo, en vísceras, embutidos, en la piel del pollo, en los lácteos enteros, la nata y los aceites de coco y palma. Mientras las grasas trans se acumulan en: las margarinas, patatas fritas y, singularmente, en la repostería y la bollería industrial.
  3. Fritos: El mismo estudio de las universidades de Las Palmas de Gran Canaria y Navarra ha lanzado un resultado sorprendente: aquellas personas que ingieren más comestibles grasos tienen un 51 por ciento más probabilidades de sufrir un trastorno depresivo. El exceso de grasas, según los estudiosos, aumenta la producción de determinadas moléculas, como la citonina, y reduce los niveles de triptófano, precursor de la serotonina, la llamada hormona de la felicidad.
  4. Endulzantes artificiales: Edulcorantes como el aspartamo contienen hasta en un 50 por ciento de fenilalanina, un aminoácido que se halla en el cerebro. Sin embargo, un nivel excesivo de este aminoácido puede reducir el de serotonina y provocar trastornos emocionales como la depresión. Un cuarto de los alimentos, bebidas y golosinas contiene en la actualidad algún edulcorante que, generalmente, puede provocar depresión del sistema nervioso.
  5. Bebidas con gas: Tomar un refresco no es una manera eficiente de combatir el agobio. Una investigación del Instituto Nacional de Salud de los U.S.A. en 2013 asegura que el consumo de un litro de estas bebidas al día provoca depresión. Las probabilidades de sufrir depresión si se toman jugos de frutas fueron del treinta y ocho por ciento en la muestra estudiada, en frente de solo el diez por ciento de las que tomaban café.
  6. Alcohol: Ese alcohol que ingieres para entonarte, te puede generar depresión a largo plazo, pues el alcohol interfiere en los receptores del sistema nervioso, aumenta la ansiedad, acrecienta los sentimientos de culpa e inadecuación, provoca trastornos del sueño y la sexualidad, y termina por minar tu autoconfianza. Ya en dos mil nueve, la Asociación Americana de Siquiatría asoció el consumo abusivo de alcohol a un riesgo alto depresión grave.
  7. Alimentos procesados:Un estudio de la Universidad de la ciudad de Londres sobre hábitos alimenticios efectuado entre 3.500 empleados públicos descubrió que una dieta rica en alimentos procesados, azúcares y grasas aumenta la vulnerabilidad a la depresión hasta en un cincuenta y ocho por ciento. Estos comestibles tienen, por lo general, buen sabor, pero sus aditamentos suelen producir adicción y muchos de sus componentes (grasa, sal y azúcar) pueden desencadenar enfermedades.