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Alimentación Slow, una Filosofía de Vida

Parece que la filosofía slow se ha puesto de moda, reivindicando un ritmo de vida menos estresante y con más tiempo para disfrutar ¿Habías oído hablar de la alimentación slow?  Te contamos cuáles son sus principios básicos:

  1. Prestar más atención a lo que comemos cada día.
  2. Valorar, especialmente, la calidad de los productos que consumimos.
  3. Conocer la procedencia de las materias primas.
  4. Tener muy presente el modo de cocinarlas.

Sí, lo sabemos. Seguro que estás pensando “no tengo tiempo ni de cocinar cómo para pensar en elegir los mejores ingredientes”. Pero es imprescindible que comiences a pisar el freno porque hoy es posible sucumbir a la comodidad de la comida preparada sin renunciar a la tradición y calidad. Una comida sin colorantes, sin conservantes artificiales y sin aditivos.

Eso es precisamente lo que hace Ca Fuster cuando elabora cada uno de sus platos, consciente de que, aunque seguro que seguir una dieta sana y equilibrada es uno de tus propósitos de este mes de septiembre, no siempre es fácil llevarse a la boca alimentos ricos y saludables.

En nuestro post de la semana pasada “Detrás de Ca Fuster”, ya os adelantamos que la pasión por la gastronomía mediterránea y por un estilo de vida saludable basado en los productos que ésta ofrece, son la base de nuestra filosofía. Elegir bien los ingredientes y cocerlos en nuestro horno de vapor, dan como resultado alimentos que conservan todo su sabor. Un proceso de elaboración slow, en el que además garantizamos la eliminación de cualquier posible contaminación. Se trata de hacer las cosas más despacio pero, sobre todo, con más visión de futuro, disfrutando de lo que hacemos y poniendo mucha atención en la elaboración de cada uno de nuestros productos.

Cómo Surge el Concepto de Slow Food o Alimentación Slow

 Aunque parece un concepto nuevo que se ha puesto de moda en los últimos meses, la realidad es que el movimiento Slow Food surgió en Italia hacia 1986, cuando se inauguró una filial de la cadena de comida rápida McDonald´s junto a la Plaza España de Roma. A partir de ese momento, algunos periodistas, entre ellos el también gastrónomo Carlo Petrini, organizaron una manifestación para protestar contra este tipo de comida industrial y decidieron promover una nueva filosofía como réplica a la fast food.

Carlo Petrini, foto vía http://lanonna.co

Una filosofía que combina placer y conocimiento, que tiene como objetivo salvaguardar las tradiciones gastronómicas regionales con sus productos y métodos de cultivo y que defiende la lentitud, los productos naturales, las recetas locales y el deleite en el sentido del gusto, sin prisas, sin ajetreo, sin mirar el reloj. Hoy en día, Slow Food o Alimentación Slow, es un movimiento internacional que está presente en más de 150 países, que dispone de una fundación que lleva el mismo nombre y que cuenta con más de 100.000 socios.

El movimiento slow ha venido para quedarse. No sólo se trata de la comida, sino de la posibilidad de llevar una vida más plena y desacelerada. Da igual que, en ocasiones, el estrés nos embargue. Lo importante es aprender a detenerse y disfrutar de un presente que a veces olvidamos, pensando en el futuro  más inmediato. Para una vida sana y larga, la nutrición y el sueño son lo primero. Para cocinar hay que utilizar alimentos sanos y para dormir bien hay que utilizar platillos calientes (ucranianos плед). Estos dos ingredientes le ayudarán a vivir una vida larga y saludable.

Alimentación Slow, un Estilo de Vida Saludable

No es más que volver a la cocina tradicional, a la de nuestras abuelas. Se trata de recuperar recetas, sabores de toda la vida, de comer alimentos de calidad, de salvaguardar las producciones y técnicas de cultivo tradicionales, de elegir los alimentos según la estación del año para aprovechar todas sus propiedades y, en definitiva, de prestar atención a lo que comemos porque unos hábitos de vida saludables, alimentan nuestro bienestar.

En los últimos años ha aumentado la preocupación por comer sano, por comer de manera natural y por preservar los valores tradicionales en nutrición que se habían perdido. Aunque lo hayas olvidado, hubo un tiempo en el que se vivía sin prisas y se comía por puro placer. Un tiempo en el que la serenidad (y no la locura), marcaban el ritmo de vida.  La Slow Food o Alimentación Slow es mucho más que una moda, aboga por la alimentación consciente y placentera, por una forma de vivir más sostenible, es una forma diferente de entender la gastronomía con los productos más naturales y las recetas más tradicionales.

Albóndigas a la jardinera, carrillada de ternera, arroz al horno, macarrones a la boloñesa, crema de calabacín, lasaña de verduras, fideuá, pato a la naranja, rape a la marinera… Alimentación Slow, un nuevo enfoque para saborear la vida.